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CENTRADOS EN LAS PERSONAS

miércoles, 13 de julio de 2011

La enseñanza como actividad subversiva (D Isauro Blanco Pedraza)


* Gracias a Dios no hay escuelas o prensa libre. El aprendizaje ha traído desobediencia y herejía al mundo; y la imprenta las ha difundido... Dios nos libre de ambas. Sir William Berkeley, Gobernador de Virginia. 1677

La institución que llamamos Escuela es lo que es porque la hemos hecho así. Si es irrelevante, como dice Marshall Mcluhan; si aleja a los niños de la realidad como afirma Norbert Wiener; si educa para la obsolescencia, como dice John Gardner; si no desarrolla la inteligencia, como dice Jerome Bruner; si está basada en el miedo, como dice John Holt; si evita la promoción de aprendizajes significativos, como dice Carl Rogers; si induce a la alienación, como dice Paul Goodman; si castiga la creatividad y la independencia, como dice Edgar Friedenberg; si, en resumen, no está haciendo lo que debe hacer, debe ser cambiada.

- Fuentes del enfoque subversivo de la educación: Understanding Media de Marshall Mcluhan; The Human use of human beings de Norbert Wiener; On Becoming a person de Carl Rogers; Science and Sanity de Alfred Korzybski. Practical Criticism de Richards.

Las escuelas deben funcionar como sistemas de feedback anti- entrópicas; todos los sistemas naturales y elaborados tienen una tendencia inequívoca a deteriorarse, a reducirse al caos y a la inutilidad. Es un proceso que no puede revertirse pero sí ralentizarse y controlarse parcialmente. Una forma de control es el “mantenimiento”. La capacidad de mantener un sistema es el indicador de calidad en la vida y en la cultura. El otro medio es el feedback: instrumentos que nos indiquen que nos estamos deteriorando y se requiere mantenimiento: son personas que han sido educadas para reconocer el cambio y que son sensibles a los problemas causados por el cambio; tienen la motivación y el coraje para hacer sonar las alarmas cuando la entropía se acelera a niveles peligrosos.

El cambio en un ambiente rara vez es aditivo o lineal, sino que se requiere un repertorio de recursos totalmente diferente. Cuando conectas algo a la pared; alguien se conecta contigo: es necesario levantar nuevas defensas, activar nuevos patrones de percepción, comprensión y evaluación; en pocas palabras, se necesita un nuevo tipo de educación. No existe la inevitabilidad a menos que exista la voluntad de contemplar lo que está sucediendo. Para lograr una renovación, necesitamos comprender lo que la detiene. Cuando hablamos de revitalizar una sociedad, tendemos a poner un énfasis exclusivo en encontrar nuevas ideas; pero normalmente no hay escasez de nuevas ideas; el problema es lograr que se escuchen. Esto significa que es necesario resquebrajar la rigidez y la terca complacencia del status quo. La sociedad establecida desarrolla elaboradas defensas contra las nuevas ideas; cuando se preocupa con el pasado y la costumbre, se cuida más de cómo se hacen las cosas y menos de si se hacen. El cuerpo de la costumbre, la convención y los estándares políticamente correctos ejercitan un efecto opresivo sobre las mentes creativas de manera que los nuevos desarrollos provienen de fuera del área de la práctica “respetable”. En otras palabras, las burocracias son las estructuras que reponen las suposiciones convencionales y las prácticas estandarizadas, dos de los mayores aceleradores de entropía; retrasan el desarrollo y la aplicación de nuevas estrategias de supervivencia.
Algunos profesores consideran que su función es “la transmisión de nuestra herencia cultural” que no es ilógico si están preocupados por el reloj completo y no sólo en los primeros 57 minutos. El problema es que la mayoría de los profesores encuentran muy estresante los últimos 3 minutos de la historia y, sobre todo, los últimos 30 segundos. Tales profesores están enseñando temas que no existen, mientras sus alumnos están enfrentándolos al “shock del futuro” (confrontación con el hecho de que el mundo en que tú creías, ya no existe); tus imágenes de la realidad son apariciones que desaparecen en cuanto las tocas.
La invención de una dicotomía entre contenido y proceso es ingenua y peligrosa: implica que el contenido crítico de cualquier experiencia de aprendizaje es el método o proceso a través del cual se da el aprendizaje. Para saber qué aprenden los alumnos, es necesario saber qué hacen en el aula. Si, normalmente se sienten y escuchan al profesor, lo que aprenden es a recordar; casi nunca se les pide que hagan observaciones, formulen definiciones o realicen operaciones intelectuales que vayan más allá de repetir lo que otra persona afirma que es verdad. Rara vez plantean preguntas significativas, substanciales y sólo se les permite preguntar detalles administrativos y técnicos (preguntas convergentes).

Mensajes que se transmiten a los alumnos con la educación memorística:

o La aceptación pasiva es una respuesta más deseable para las ideas que la crítica activa.
o El conocimiento de investigación está más allá del poder de los alumnos y no les compete.
o La evocación es la más elevada forma de logro intelectual y la colección de hechos sin relación es el objetivo de la educación.
o La voz de la autoridad debe inspirar confianza y ser valorada más que el juicio independiente.
o Las emociones son irrelevantes en educación. 
o Siempre hay una respuesta correcta sin ambigüedad a cada pregunta. 
o Teoría de la vacunación educativa: una vez que “tomas” un conocimiento y lo tienes, estás inmune y no lo tomarás nuevamente. 

Con frecuencia estamos formando una timidez intelectual, un miedo al cambio, porque el precio de mantener la membresía en el Establishment es la aceptación sin cuestionamiento de la autoridad. La educación es como dirigir un coche observando el espejo retrovisor.

La preocupación de “cubrir el programa” consiste en poner en la cabeza de los alumnos una serie de afirmaciones, definiciones y nombres tan rápido como sea posible. Todas las Autoridades se ponen nerviosas cuando el aprendizaje se lleva sin un syllabus.

Ya no tenemos la mente ABC, secuencial y en compartimentos. Ya no se trata de preguntar “¿Quién descubrió América”, sino “¿Cómo descubres quién descubrió América?”

Características de los buenos aprendices: 
o Tienen confianza en su habilidad para aprender, lo cual no significa que a veces se sientan frustrados, pero tienen una profunda fe de que son capaces de solucionar sus problemas. 
o Disfrutan solucionar problemas: el proceso les interesa y se resisten a que les regalen las respuestas. 
o Saben lo que es relevante y lo que no es. Confían en su juicio. 
o No temen equivocarse: reconocen sus limitaciones y no se trauman de ningún error. 
o No son impulsivos: esperan a tener más información.
o Son flexibles: cambian de perspectiva y saben que muchas respuestas son relativas.
o Tienen un gran respeto por los hechos y distinguen entre suposiciones y hechos.
o No necesitan tener una respuesta absoluta, final, irrevocable a todos los problemas.

Una palabra sobre los maestros: no puede haber una innovación significativa en educación que no ponga a los profesores en el centro; sobre todo, sus actitudes. Las creencias, emociones, suposiciones de los profesores son el aire en ambiente de aprendizaje; determinan la calidad de vida en él. Cuando el aire está contaminado, el alumno acaba envenenado. Cuando ves a un maestro en acción, observas lo siguiente:

o Raramente les dice a los alumnos lo que piensa que deberían saber.
o Su forma básica de discurso es el cuestionamiento. 
o Generalmente no acepta sólo una respuesta a una pregunta. 
o Estimula las interacciones alumno-alumno. 
o No resume las posiciones asumidas por los alumnos sobre el aprendizaje logrado. 
o Sus clases se desarrollan a partir de las respuestas de los alumnos y no de una estructura “lógica” previamente determinada. 
o Todas las lecciones tienen un problema propuesto para los alumnos 
o Mide su éxito en términos de los cambios conductuales de los alumnos. 

Muchos profesores enseñan asignaturas o temas que ellos disfrutan o consideran valiosos en sí mismos; por la misma razón consideran que son malos alumnos los que no responden positivamente a las tareas que ellos prescriben. Con frecuencia hay poca espontaneidad y diálogo genuino, escaso sentido de la simultaneidad de la experiencia.
Ames: nuestras percepciones no provienen de las “cosas que nos rodean” sino de nuestro interior. Nada puede ser conocido si no es filtrado a través de nuestro sistema nervioso.
o 2. Lo que percibimos es una función de nuestras experiencias previas, suposiciones, objetivos, necesidades; en otras palabras, la persona que percibe decide qué es un objeto, dónde está y por qué se adapta a sus objetivos y suposiciones.
Tendemos a percibir lo que deseamos y necesitamos percibir y lo que nuestras experiencias pasadas nos inducen a pensar que funcionará.
o 3. Es poco probable que alteremos nuestras percepciones hasta que fracasen nuestros intentos de lograr lo que pretendemos con estas percepciones; mientras funcionen, no cambiaremos las percepciones sin importar que nos digan que son falsas.
o 4. Dado que nuestras percepciones provienen de nosotros y de nuestras experiencias pasadas, es obvio que cada persona percibirá lo que “está fuera” de una forma única. No tenemos un mundo común y nuestra comunicación es posible sólo mientras ambos percibidores tengan objetivos, suposiciones y experiencias semejantes.
o 5. La percepción es una función de las categorías lingüísticas disponibles para la persona que percibe: la percepción está detrás de los ojos, así como el proceso del lenguaje. La naturaleza nunca repite ni se estandariza. Nosotros sí; por las categorías o clasificaciones de nuestro sistema lingüístico: “vemos con nuestro lenguaje”.
o 6. El significado de una percepción radica en la forma en que provoca una acción en nosotros: si llueve, unas personas buscarán refugio, otros disfrutarán caminando bajo el agua. Sus percepciones de “lo que sucede” es diferente y se refleja en la forma en que “hacen” acciones diferentes. Ambos grupos dirán lo mismo: “está lloviendo”, pero no significa que perciban el evento de la misma manera.

Un profesor le pregunta a un niño de un ghetto: “¿Cuántas patas tiene un saltamontes? El niño contesta: “ya quisiera tener problemas como los tuyos”. Robert Rosenthal: efecto Pigmalión.

Hipótesis Sapir-Whorf-Korzybski: la estructura del lenguaje define la forma en que una persona piensa y actúa. (Noam Chomsky, Steven Pinker consideran que esta hipótesis no es correcta. ) El lenguaje no sólo estructura lo que vemos y creemos, sino que es inseparable de lo que vemos y creemos.

Korzybski: 

o El significado no está en las palabras, sino en las personas (proyección). Una persona no puede reconocer, asignar o adscribir un significado que no tengan en su experiencia. Mientras más significados haya en la experiencia de una persona, más nuevos significados puede generar o adquirir. 
o Las palabras no son el objeto al que se refieren.

Dado que los conceptos con los que vive la gente se derivan de sus propias percepciones y de su lenguaje y, dado que las percepciones se reciben e interpretan sólo a la luz de conceptos anteriores, el ser humano está muy cerca de vivir en una casa que construyó el lenguaje. Russell F. W. Smith, “Linguistics in Theory and in Practice,” ETC, Autumn 1952

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